Sor Pilar, Hija de la Caridad, cumple 100 años de vida llena de ilusión, amor, entrega y generosidad

“Enséñanos a contar bien nuestros días,
para que nuestro corazón adquiera sabiduría”. (Salmo 90:12)

El día 31 de enero tuvimos la gran suerte de celebrar la vida de sor Pilar García. Ese día cumplía sus 100 años. La edad no es lo más sorprendente, que lo es. Lo que más nos sorprende es que sean 100 años de vida tan llenos de ilusión, entrega generosa, de curiosidad por lo que sigue pasando a su alrededor, preocupándose por los demás e interesándose por la vida de todo un barrio en el que ha vivido casi 80 años, sus ganas de seguir construyendo comunidad, sin perder la ilusión por vivir la vocación. 100 años acompañando siempre a todas las personas que se le han acercado en la vida y se le siguen acercando. 

Este día nos reunimos más de 200 personas en la parroquia de Sant Miquel del Port, en el barrio de la Barceloneta, para celebrar una eucaristía en acción de gracias por la vida. Fue sencilla, pero emotiva, muy participativa y entrañable.
 
La comunidad preparamos la celebración con mucho cariño. Pero no fue esto lo que la hizo tan especial, sino cuando el sacerdote cortó la homilía y dio la palabra a los asistentes para que pudiéramos explicar por qué sor Pilar ha sido luz en nuestras vidas. Vimos cómo desde antiguos alumnos, compañeras del colegio, hermanas que habían compartido servicio con ella, hasta gente diferente del barrio, fueron diciendo desde la sencillez y espontaneidad cosas preciosas y a la vez llenas de profundidad sobre lo que suponía sor Pilar para cada uno de ellos. Algunos nombraban su ilusión por la vida, su curiosidad por las cosas o cómo visitaba a los padres de sus alumnos en los momentos de mayor soledad o enfermedad. Otras compartían el testimonio de entrega, la delicadeza con los niños y los detalles sencillos de cada día. Como anécdota un señor del barrio pidió que se le hiciera una calle con su nombre para recordar siempre todo lo que ella había hecho por este su querido barrio. Tanta gente quiso participar que se tuvo que concluir sin terminar porque eran muchos los que querían hablar de la luz que es sor Pilar.  

La segunda parte, más emotiva y que ninguno olvidaremos, fue en el momento de acción de gracias, cuando sor Pilar subió al atril con un par de folios escritos con su puño y letra dando las gracias a Dios por el regalo de la vida. En unos minutos hizo un resumen de esos 100 años vividos y de nuevo se ganó el corazón de todos los que ahí nos convocamos. 

Desde la Obra Social los señores y compañeros se hicieron presentes desde un pequeño recordatorio que repartimos para todos, que se realizó íntegramente en el taller del centro. Desde el taller recopilaron la frase que ella misma escribió, realizaron el diseño, la impresión, le dieron forma y color. Muchos fueron los que quisieron participar en el taller, cuando ella la semana de antes, en la asamblea, subió a contarles su secreto para llegar a los 100 años e invitarles a su acción de gracias por la vida. 

Y como no hay celebración sin banquete, cerramos el día con una gran chocolatada que nos preparó el cocinero de la Obra Social y que todos pudimos disfrutar. 
Ella quiso cuidar todos los detalles, escoger los cantos y las lecturas y pidió a los jóvenes de la parroquia, que había tenido en la guardería, que participarán leyendo en la eucaristía. Ellos, que le tienen un cariño infinito, aceptaron con mucho gusto e hicieron las preces. También quisieron tener un detalle con ella y le regalaron bombones. Cada uno de ellos tenía una palabra que, para ellos, definía a sor Pilar, como, por ejemplo: generosidad, vida, memoria, entusiasmo, ilusión. Además, le hicieron un rosario. Belén, la catequista de comunión, le cantó una canción muy significativa para nosotras, “Vicente de Paul”, que aprendió expresamente para cantarla ese día. 

Todas las personas la obsequiaron con palabras y gestos que la llenaron de ilusión. Fue un día donde todo el mundo le mostró el cariño que le tenía, donde cada uno ya no sabía que hacerse para darle las gracias por algo que ella casi ni se había dado cuenta que había hecho por ellos. 

El fin de semana de después del cumpleaños se quiso hacer presente su familia, unas 30 personas, que se pusieron en marcha para celebrar con sor Pilar la vida. Ellos, que estaban llenos de ilusión, prepararon una celebración llena de detalles. No escatimaron en belleza, participación y profundidad. Pudimos ver diferentes generaciones de la familia: su hermano más pequeño, que hizo un viaje muy largo con 98 años de edad, acompañado con sus hijas, nietos, sobrinos, resobrinos. Esto hizo que reviviéramos de nuevo este acontecimiento memorable: 100 años de vida. 

Desde la comunidad damos gracias a Dios por vivir con ella y poder compartir juntas nuestra vocación. Ella es testimonio para cada una de nosotras por la ilusión, las ganas de ser una autentica Hija de la Caridad. Nosotras podemos ver que lo que más le ha caracterizado a sor Pilar durante su vida son nuestras virtudes: su sencillez para hacer todo lo que ha hecho y vivir como ha vivido, cómo ha educado a los niños, acompañado a los ancianos, realizado catequesis o ha dado de comer; la humidad con la que ha afrontado todos los acontecimientos, tanto los buenos, como las dificultades que la vida le ha ido poniendo delante; y por último, la caridad con la que se ha acercado a todas las personas de este barrio al que ha visto crecer, sufrir, llorar, celebrar...    

Algunas personas llegamos a pensar que vivimos al lado de una santa. Yo me imagino como son los santos y puedo ver a sor Pilar en medio de ellos. Posiblemente sea “una santa de la puerta de al lado”, de las que nunca llegarán a los altares, pero siempre estará en el corazón de la gente sencilla y humilde con la que ella ha compartido durante 100 años.  
 
          Gracias a Dios y a sor Pilar. 

María del Mar Sanchís, Hija de la Caridad.

El día 31 de enero de 2023, fiesta de San Juan Bosco, mi tía Sor Pilar García Recio, Hija de la Caridad, Hermana de San Vicente de Paul, cumplió 100 años, le damos gracias a Dios por esta vida tan larga y llena de Dios, nos sorprende la alegría, el buen humor y el ánimo que tiene y que transmite a los demás. Fue una fiesta muy bonita, primero con toda su Comunidad, justo este mismo día, donde recibió todo el cariño y la generosidad, y por todos aquellos que la conocían y la huella que ha dejado a los largo de sus 78 años en Barcelona (barrio de la Barceloneta).
Yo como sobrina, corroboro todo esto.

¡Su familia, no pudo ir justo el día de su cumpleaños, todos vivimos lejos de Barcelona, pero como no! ese día, estuvo muy presente y muy encomendada por todos.

Pudimos viajar 4 días más tarde, el 4 de febrero, y celebramos nuevamente este gran aniversario, nos juntamos 31 familiares, entre ellos su hermano, Dionisio (98 años), sobrinos, y resobrinos. Vivimos un día muy especial, sobre todo, de acción de gracias, empezando con la celebración de la Santa Misa, en la parroquia de San Miguel, en la Barceloneta, con el párroco D. Toni, participamos de una manera activa todos, en las lecturas, en las preces, ….. y por último con una alusión a su trayectoria de vida, por parte de su sobrino mayor, Ismael, dando gracias por tener esta tía tan estupenda, tan pendiente de todos y rezando por cada uno, fue muy entrañable,  todos mis primos estuvieron muy de acuerdo con todo, y muy unidos en este evento tan especial, cada sobrino reflejo en un libro de dedicatorias, lo que la tía ha supuesto en sus vidas y como de una manera positiva ha influido en ellas. La Tía al final nos dedicó unas palabras de gracias, de amabilidad, de perdón y de seguir en esa unidad como familia.
Nos sentimos muy arropados por la Comunidad de Hermanas, tan pendientes de los detalles, para que todo saliera bien, por la acogida de la parroquia y del párroco y por toda la gente que participó en esta Eucaristía. Muchas gracias!!

Después paseamos junto con Ella contándonos todo el evento, la emoción que había sentido al ver tanta gente y que todos se acordaran y por último pasamos a celebrarlo con una comida muy especial, nos reímos, cantamos el cumpleaños feliz, lo pasamos genial juntos, e igualmente nos dedicó una palabras finales de agradecimiento, de unidad y cariño entre nosotros.

Ha sido un día muy bonito, muy especial, que perdurará en nuestro recuerdo y que tal vez no repitamos, la tía nos ha transmitido alegría, buen humor sin quejas, muy entregada a los pobres, a los que sufren, a ver en ellos el rostro de Cristo, muy de Fé, de oración y  muy ilusionada, como me dijo, por llegar a la vida eterna. 

Que Dios la bendiga y muchas gracias a todos, primero a Dios, que nos concedió este día tan maravilloso, en el tiempo, en el viaje, …., gracias a todas las personas que la conocen y que han querido plasmar su agradecimiento en el libro de dedicatorias, gracias a las Hermanas, por su acogida y cariño y gracias a ti, Tía Sor Pilar, por estar ahí, estar pendiente de todos, por tu amabilidad, cariño y alegría y por hacer bien las cosas y por ser ejemplo a seguir.

Tu sobrina, María del Carmen Álvarez García.

El tesoro más grande que se puede hallar en el cielo y en la tierra está en el Sagrario pues ahí habita el Dueño de todo lo creado. (San Juan Bosco)