• San Vicente de Paúl

    Vicente de Paúl (Pouy, Landas, abril de 1581? - París, 27 de septiembre de 1660). De familia campesina modesta, es el tercero de seis hermanos. Estudia en Dax, Zaragoza y Toulouse, lugar en el cual termina sus estudios de Filosofía y Teología. En 1600 es ordenado sacerdote.

    En 1613 entra en la importante casa de los Señores de Gondi como preceptor de los niños y posteriormente director espiritual de la señora. Las condiciones de vida materiales y espirituales de la población campesina y del clero que la atiende y su propia evolución espiritual llevan a Vicente a dedicar el resto de su vida a la evangelización y redención espiritual y material de los pobres y a la formación de los sacerdotes.

    Funda las Cofradías de la Caridad, en 1617, la Congregación de la Misión, en 1625, y la Compañía de las Hijas de la Caridad, en 1633, con Luisa de Marillac.

    En 1737 es canonizado por el papa Clemente XII y en 1885 el papa León XIII lo proclama Patrono universal de todas las obras de Caridad.

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  • Santa Luisa de Marillac

    Luisa de Marillac (París, 12 de agosto de 1595 - París, 15 de marzo de 1660) pertenecía a una familia de lo más alto de la nobleza francesa, los Marillac. Se había casado con un secretario de la Reina madre, Antonio Le Gras, perteneciente a la clase media. Antes de casarse, había hecho voto de ser religiosa, quiso ser capuchina, pero sus familiares -era lo común entonces- le buscaron marido y la obligaron a casarse.

    El 29 de noviembre de 1633 funda con Vicente de Paúl la Compañía de las Hijas de la Caridad. Es beatificada el 9 de mayo de 1920 por el papa Benedicto XV y canonizada el 11 de marzo de 1934 por el papa Pío XI. En 1960 el papa Juan XXIII la proclama patrona de los asistentes sociales.

    En los primeros días de 1625, cuando contaba 33 años, tomó por director espiritual a un sacerdote, San Vicente de Paúl Luisa de Marillac, la señorita Le Gras, como la llamaban entonces, tenía una vida sencilla, basada en hacer limosna a los pobre y rezar por ellos. El contacto con Vicente de Paúl cambió esa vida y desde entonces se empeñó en hacer de esta tierra un paraíso para los que viven en el infierno de la pobreza. Luisa tenía 37 años, desde  hacía tres era viuda y tenía un hijo de 15 años estudiando en el seminario.

    Fue la encargada de organizar y dirigir a las Hijas de la Caridad en los establecimientos y comunidades, de dirigirlas espiritualmente y de formarlas en los aspectos espiritual, humano y profesional. A través de sus cartas y hasta de sus viajes estaba en contacto con sus hijas y con las necesidades de los humildes.

    Falleció en 1660 y fue despedida con un funeral majestuoso, al que acudieron todas las mujeres de la nobleza parisina y también muchos pobres, que lloraron por la pérdida.

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  • Un brevísimo, pero muy profundo poema de Dom Pedro Casaldáliga, obispo emérito de la diócesis de San Félix de Araguaia, Brasil, eximio poeta de los pobres. Dice así:

    Cuando al final de los tiempos el Señor me pregunte: ¿Has amado? Y yo le mostraré mi corazón lleno de nombres.

    Ese fue Vicente de Paúl: amor y corazón lleno de nombres. Y nosotros y nosotras así debemos preguntarnos también. 

  • Memoria agradecida

    Memoria Agradecida

    Quiere ser un sencillo homenaje a quienes han proclamado su fe mediante un servicio sencillo y humilde; un servicio diaconal sin reservas. Nuestras Hermanas, al pasar la frontera de su vida terrena, llevan en sus manos la mejor ofrenda que alegra el corazón de Dios: El haber servido a su Hijo en la persona de los pobres. Al narrar algunos rasgos del ser y el hacer de cada Hermana, queremos agradecer a Dios los “talentos” que regaló a cada una de ellas, con los qué ha ido negociando y dando frutos de vida.

"Tratemos bien a los pobres, pues ellos son nuestros amos y señores"

San Vicente de Paúl
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