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Espiritualidad
En nuestra vida de fe, las Hijas de la Caridad damos un amplio lugar a la oración, nutrida por una vida litúrgica y sacramental, el silencio, la escucha de la Palabra de Dios y su mensaje, la enseñanza de la Iglesia y la herencia vicenciana. Los pobres están presentes en nuestra oración; oramos por ellos y en su nombre.
Cristo es para nosotras la fuente de donde brota el amor, el fuego que estimula nuestra acción y nos apremia a ir hacia los más empobrecidos, la fuerza que dinamiza nuestros proyectos, el tesoro que da sentido a nuestra vida.
En referencia a Cristo pobre y a las condiciones de vida de las personas a servimos, optamos por un estilo de vida sobrio y sencillo.
Desde los orígenes, San Vicente y Santa Luisa, respondiendo a la llamada de su tiempo, enviaron a las Hijas de la Caridad. De esta manera podían conservar la movilidad y la disponibilidad necesarias y vivir en medio de aquellos a quienes servían.
Puesto que tienen:
por monasterio las casas de los enfermos y aquella en la que reside la superiora,
- por celda un cuarto de alquiler,
- por capilla la iglesia de la parroquia
- por claustro las calles de la ciudad,
- por clausura la obediencia,
- por rejas el temor de Dios,
- por velo la santa modestia,
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Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
El 27 de noviembre celebramos la fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa, en los diferentes lugares de cada provincia, nos reunimos los miembros de la Familia Vicenciana, para celebrar su fiesta.
"OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS"
"Amemos a los pobres. No les acusemos"