• Espiritualidad

    San Vicente de Paúl y Santa Luisa de MarillacEn nuestra vida de fe, las Hijas de la Caridad damos un amplio lugar a la oración, nutrida por una vida litúrgica y sacramental, el silencio, la escucha de la Palabra de Dios y su mensaje, la enseñanza de la Iglesia y la herencia vicenciana. Los pobres están presentes en nuestra oración; oramos por ellos y en su nombre.

    Cristo es para nosotras la fuente de donde brota el amor, el fuego que estimula nuestra acción y nos apremia a ir hacia los más empobrecidos, la fuerza que dinamiza nuestros proyectos, el tesoro que da sentido a nuestra vida.

    En referencia a Cristo pobre y a las condiciones de vida de las personas a servimos, optamos por un estilo de vida sobrio y sencillo. 

    Desde los orígenes, San Vicente y Santa Luisa, respondiendo a la llamada de su tiempo, enviaron a las Hijas de la Caridad. De esta manera podían conservar la movilidad y la disponibilidad necesarias y vivir en medio de aquellos a quienes servían.

    Puesto que tienen:

    por monasterio las casas de los enfermos y aquella en la que reside la superiora,

    • por celda un cuarto de alquiler,
    • por capilla la iglesia de la parroquia
    • por claustro las calles de la ciudad,
    • por clausura la obediencia,
    • por rejas el temor de Dios,
    • por velo la santa modestia,

     

     

  •  

"Amemos a los pobres. No les acusemos"

Sor Rosalía Rendu