Sor Felícitas Güemes Güemes

  • Cdad Castellnovo
28 | 12 | 2023

Sor Felicitas Güemes Güemes, aunque como ella decía, “total S. Feli”. Nació en un pueblo de Burgos, por eso decía  “no me gusta el calor que en mi pueblo no hace”. De allí salió un día hacia Ravé y luego a Madrid, para dejar su proyecto personal y convertirse en Servidora de los Pobres. Y la Providencia quiso que estuviera lejos de su tierra. De Madrid llegó a la Comunidad Valenciana, sus primeros años en Alcoy, San Roque, comunidad  que ella recordaba con un cariño muy especial,  de allí salió para Silla y después saltó a Navarra, primero Aibar lugar donde fue muy feliz y donde aún  guardaba grandes y buenas relaciones, Santa Catalina, Berriozar, Viana, Zaragoza…y de vuelta a la Comunidad Valenciana, a Castellnovo donde ha vivido y servido sus últimos años.

Sor Feli  una mujer acogedora, sonriente, generosa…aunque se había forjado como Hija de la Caridad en el colegio con los más pequeños, supo encajar de buen grado otros servicios que le llevaron a Residencia de Ancianos, relación con las buenas gentes de los pueblos, Asociación de la Milagrosa… siempre pidiéndole a Dios y a la Santísima Virgen le ayudarán a ser Buena Hija de la Caridad.

En los últimos años vió como sus facultades se iban mermando, fue asumiendo limitaciones que le obligaron a dejar de hacer cosas que verdaderamente le gustaban, ganchillo, leer…pero nunca dejó de ver la grandeza de Dios en las plantas,  su paciencia era infinita para con las muchas macetas y plantas de esta, su casa, ella decía “este es mi servicio, que cuando la gente venga tenga una visión bonita y vean a Dios en cada flor “¡Así de grande es el reto que os ha dejado!.  Aunque estos últimos meses la enfermedad la fue consumiendo y la medicación mermando su entendimiento, no dejó de pedir por su vocación, por su entrega, a pesar del momento, pidió los votos, pues su interior estaba claro, quería ser Hija de la Caridad y así fue, y así es como se la recuerda como una buena hermana que siempre llevaba rosas de casa a la residencia cuando llevaba la comunión, que todos los meses en la reunión de la Asociación de la Milagrosa tenia algo bueno que decir, que recibía al equipo de Hospitalización Domiciliaria con unas rosas de casa para que no les faltaran en el despacho.

            Su devoción a la Santísima Virgen era tan grande que al amanecer del día de la Virgen de la Esperanza dio su último suspiro , seguro que ella , La Madre, junto a tantos pobres a los que Sor Feli ha servido salieron a recibirla a las puertas del cielo. Ya es, un Santo de la Puerta del al lado.

             Sor Manoli y Sor Desamparados

   Comunidad  de Castellnovo