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Homenaje y despedida del pueblo de Viana a las Hijas de la Caridad

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15 | 06 | 2022

El domingo día 12 de junio continuó la despedida que el pueblo de Viana hizo a las Hijas de la Caridad.  Fiesta y Eucaristía. Una jornada muy festiva y entrañable, en la que no faltó nada. Gigantes, cabezudos, pasacalle, música, cantos de la Coral de Falces y la Coral de Viana, misa solemne y palabras de despedida y agradecimiento.

Para estos dos días de despedida, acompañando a las Hermanas de la Comunidad de la Residencia "Nuestra Señora de Gracia" de Viana estaban por parte de las Hijas de la Caridad Sor Juana María -Visitadora Provincial- y dos Consejeras -Sor Ana Mª Rodríguez y Sor Mª Teresa Astrain- .

La Visitadora, Sor Juana María Belzunegui dirigió unas palabras de agradecimiento a la multitud de personas del pueblo de Viana, que estuvieron presentes en los actos que se celebraron ese día para las hermanas que iban a marchar: 

DESPEDIDA A LAS HIJAS DE LA CARIDAD

                   DE SAN VICENTE DE PAUL -  VIANA (Navarra)

            Quiero dirigirme a todos en nombre del Consejo Provincial, de las Hermanas presentes y de otras que hoy se hacen presentes de corazón, por el cariño que tienen a este lugar y por lo mucho vivido aquí… En nombre de todas: ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!

No es momento de hacer historia, pero sí de desarrollar la virtud de la GRATITUD por la historia que ha tocado vivir a la ciudad de Viana y a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Las Hermanas llegaron aquí el 16 de noviembre de 1858, va a hacer 164 años.

            Y aunque he dicho que no es momento de hacer historia, si quiero traer a la memoria a una mujer de esta ciudad, ilustre y generosa: Dña. Inés de MÚZQUIZ y ALDUNATE. Es realmente a ella a quien se debe la presencia de las Hijas de la Caridad en Viana. Ella fue una GRAN MUJER. Ella sabía que de la educación cristiana y de la instrucción de las jóvenes dependía en gran manera el bienestar moral y material de un pueblo.

            Con vosotros quiero dar gracias damos a Dios por esta mujer… de ella se sirvió la divina Providencia, para que el Ilustre Ayuntamiento solicitara en Madrid a cinco Hijas de la Caridad que llegaron el 16 de noviembre de 1858.

Bueno, pues entre aquellas primeras Hermanas, al frente de las cuales venía Sor Simona OROZ y Mina y las últimas, que quiero nombrarlas: Sor Mª Jesús, Hermana Sirviente, Sor Milagros, Sor Remedios, Sor Mª Pilar, Sor Mª Amparo, Sor Amparo y Sor Mª Ángeles, han sucedido muchas pequeñas historias, muchas idas y venidas de Hermanas, muchos acontecimientos y sobre todo mucha entrega a lo largo de los años:  

  • A los cuatro días de su llegada se hicieron cargo de la escuela de niñas, era el 21 de noviembre de 1.858.
  • Unos años más tarde, se pidió a las Hermanas que se encargasen de la enseñanza mixta de los párvulos.
  • En 1.889, se acondiciona un pabellón para el Hospital-Asilo, donde tendrían asistencia y consuelo muchas personas pobres y ancianas.
  • La preocupación por la formación de las jóvenes, los talleres para las niñeras, y las muchas jóvenes de Viana y sus alrededores que fueron educadas por las Hermanas en el internado.
  • La creación de la primera Escuela Apostólica de las Hijas de la Caridad en España, para educar a las jóvenes que querían ser Hijas de la Caridad.
  • La transformación del colegio del Sagrado Corazón en la actual residencia de Ancianos Virgen de Gracia, donde las Hermanas mientras han podido han dado lo mejor de sus vidas.

Las Hermanas se van a otras Comunidades el día 14 de junio. En nombre de todas les repito ¡Gracias! ¡Gracias por habernos acogido en vuestra ciudad, por vuestra ayuda y colaboración, gracias por vuestra amistad! ¡Gracias porque nos permitisteis vivir junto a los niños, junto a las familias y con las personas mayores! Para las Hijas de la Caridad ha sido un privilegio. GRACIAS.

En la sencillez que nos caracteriza y volviendo la vista atrás recojo el sentir de las Hermanas y les digo: ADIOS A TODOS, MISIÓN CUMPLIDA EN VIANA, NOS VAMOS CONTENTAS y nos llevamos los nombres de muchas personas, de muchos ancianos, de mucha experiencia vivida en esta ciudad de Viana. Aquí dejamos mucho corazón y mantendremos siempre vivo el afecto que también hemos recibido de todos ustedes.

También os digo en su nombre que, por lo que esperabais de las Hermanas y no hicieron bien nos perdonéis.

Y gracias por esta Eucaristía y por esta despedida. Sor Simona Oroz recordaba con gratitud la llegada a Viana y decía:

 “¡jamás podremos olvidar aquel día! Entre aclamaciones de un pueblo que se agolpaba a nuestro paso para recibirnos, entramos en esta antigua e histórica ciudad, acompañadas de respetabilísimas personas a quienes conservamos siempre cariñosa gratitud”.

Pues nosotras también a la hora de la partida decimos lo mismo: Jamás podremos olvidar este día… acompañadas por tanta y tan buena gente a quienes conservaremos siempre cariñosa gratitud.

Que el Señor bendiga vuestros esfuerzos.  ¡Gracias por todo!

Compartimos también las palabras que con motivo de la despedida, en nombre de la comunidad dirigió la Hermana Sirviente, Sor M. Jesús Delgado, a los asistentes en los actos que se celebraron ese fin de semana:

Muy estimados hermanos y hermanas:

En los últimos días, las hermanas de nuestra Comunidad hemos recibido numerosas muestras de gratitud, reconocimiento y cariño. Desde que se dio a conocer que la Comunidad de Hijas de la Caridad iba a salir de la ciudad de Viana, hemos acogido con emoción  el sentir de toda la ciudad, de sus instituciones y de sus habitantes, con quienes la Comunidad ha compartido una historia de más de 164 años (los años que han estado las Hermana en Viana).

Ciertamente es muy hermoso el camino recorrido junto con vosotros a lo largo de los años. Por eso, damos gracias a Dios y a todas las personas que hicieron posible el establecimiento de las Hijas de la Caridad en esta ciudad y el desarrollo de su vocación al servicio de niños, familias y personas mayores.

Las Hijas de la Caridad llevamos en nuestro corazón los rostros, los nombres y tantas experiencias compartidas con todos vosotros. Y confiamos en que también cada uno de vosotros nos llevéis en el corazón y hagáis de cada recuerdo con las Hijas de la Caridad una oración, no solo por nosotras, sino por todas las personas que conforman las familias de Viana, especialmente por quienes viven la debilidad de la enfermedad, la soledad o el dolor. Que cada gesto de reconocimiento a las Hermanas se transforme en un compromiso solidario, de modo que la presencia de las Hijas de la Caridad permanezca en Viana, no ya en edificio histórico, sino en la vida de cada persona que hace el bien a los demás y manifiesta que el Señor es Amor y nos llama a todos a ser testigos del amor, de la caridad.

Muchas gracias, hermanos. Gracias. Gracias. Gracias