Día de la Vida Consagrada
Con el lema: “Aquí 
estoy Señor, hágase tu voluntad”, los religiosos y religiosas de las congregaciones presentes en la Comunidad Valenciana fuimos convocados por el Arzobispo para celebrar la Eucaristía en la Catedral de Valencia el día 2 de febrero. Coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor cada año la Iglesia dedica una jornada a la vida consagrada:
Y allí acudimos muchísimos miembros de todas las realidades de vida consagrada presentes en la archidiócesis de Valencia. Presidió el arzobispo, Mons. Enrique Benavent., y concelebraron muchos sacerdotes.
El coro, compuesto por religiosos, que entonaron cantos que ayudaban a celebrar, adorar, contemplar, meditar… dar gracias por el don de la llamada recibida.
Un día para DAR GRACIAS a los religiosos y religiosas que entregan su vida plenamente a Cristo. Una entrega que se refleja en la oración callada y contemplativa pero también en el servicio a los demás: a los niños y jóvenes, a los enfermos, a los mayores, a los más necesitados…”
Con el canto ‘Sé mi luz, enciende mi noche’ la procesión de las candelas encendidas iba llenando de luz la Catedral. Cientos de religiosos/as y miembros de Sociedades de Vida Apostólica, llenamos la catedral de Valencia. Entre todos, nosotras Hijas de la Caridad, que coincidimos en el centro de la Catedral una pequeña representación de 8 hermanas.
En esta
ocasión, al encontrarnos en el año jubilar por el Centenario de la Coronación de la Virgen de los Desamparados, antes de la misa, fueron a hacer una visita a la Virgen. Tal como se indicó en la monición de entrada, “la vida consagrada tiene muchos motivos para dar gracias a la Virgen. Ésta es una ocasión para manifestar el amor a María de todos los consagrados y pedirle que nos siga protegiendo y bendiciendo. Que se haga realidad el lema de este año, Caminando en esperanza, para que nuestro seguimiento y consagración sean más firmes cada vez”.
El Arzobispo nos dijo: “Sin vuestra entrega, generosidad y testimonio, la Iglesia sería más pobre”
El 2 de febrero. el m
ismo día en que recibimos la circular de nuestra Superiora General, como preparación a la RENOVACIÓN de nuestra entrega al Señor para servir a los pobres. Un día importante para nosotras, por la esperada carta del 2 de febrero, que cada año nos motiva e interpela con un matiz diferente. Sor Françoise Petit presenta al Superior General (Sucesor de San Vicente de Paúl) la petición de renovar los votos de las Hermanas de la Compañía. En los 96 países en que las Hijas de la Caridad están presentes con la misión de servir a los más vulnerables, las Hermanas renovamos nuestro SÍ. Entregadas a Dios para el servicio de los Pobres, viviendo en comunidad de vida fraterna.
En su carta, la Superiora General (sucesora de Santa Luisa) nos anima a prepararnos en profundidad a esa RENOVACIÓN. Urgidas por la CARIDAD de Cristo que nos interpela y nos impulsa a aliviar el sufrimiento de los más vulnerables y a ser testigos de la BONDAD de Dios entre ellos: "De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (Mt 25, 40)
Pidamos al Señor su LUZ para ser fieles Hijas de la Caridad, según Él nos quiere.