Las Hijas de la Caridad gozamos todos los años de unos días de encuentro íntimo con el Señor y con nosotras mismas. tenemos tiempo para disfrutar de la naturaleza, de caminar, de descansar, de rezar, de compartir, de celebrar juntas la Eucaristía con alegría y entusiasmo. Todo ello nos da empuje y motivación para seguir sirviendo a nuestros hermanos.