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El 1 de mayo… ¿un festivo más en el calendario?

02 | 05 | 2023

El 1ª de mayo tiene su origen en el movimiento obrero de finales del siglo XIX en Estados Unidos. Se conmemora la lucha obrera por conseguir mejoras en unas condiciones laborales que, en la época, situaban la duración de la jornada en entre 12 y 16 horas, y salarios muy precarios. Una huelga general convocada el 1 de mayo de 1886 fue el germen de días convulsos, revueltas, y un enfrentamiento que provocó la muerte de varios policías, y decenas de obreros. Desde entonces se los conoce como los mártires de Haymarket (Chicago), y convirtieron en lema la reivindicación “8 horas de trabajo, 8 horas de ocio, 8 horas de descanso”.

Hoy, las reivindicaciones distan mucho de aquellas. Hablamos de mejora en las condiciones laborales, sobre todo en la consecución de sueldos acordes al coste de la vida, e incluso de reducción de la jornada laboral… a 4 horas, en un intento de lograr jornadas que permitan, por un lado, compartir el trabajo (al reducir la jornada a la mitad, que dos personas hagan el trabajo de uno) y, por otro, disponer de lo más valioso, tiempo, para desarrollar otros proyectos vitales, compartir con familia y amigos… La realidad es que esta idea está aún muy lejos de ser posible, por no ser sostenible.

Estas pretensiones, sin duda legítimas, y deseables, pueden hacernos perder perspectiva. Aún hoy tenemos por delante un gran reto. ¿Cómo es el entorno de nuestro trabajo? ¿En qué contexto, y condiciones, se desarrolla nuestra tarea? Es obvio que en según qué ámbitos laborales y de producción, la seguridad no está garantizada. En estos casos, patronales y empresarios, gobiernos, y los propios empleados, tienen recorrido en la toma de conciencia sobre lo fundamental de la prevención de riesgos laborales y la adopción de medidas de seguridad e higiene que reduzcan la siniestralidad. Seguridad, por encima de la producción y la rentabilidad. 

Y aún hay un concepto más amplio, que merece nuestro esfuerzo y atención. En Alicante, desde hace varios años, las Hijas de la Caridad, a través de la Obra Social Sta. Luisa de Marillac, participamos de forma activa en la campaña Iglesia por un trabajo decente. El pasado viernes se cumplieron 20 años desde que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableciera el 28 de abril como Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo. El trabajo decente es un concepto más amplio, que supera la mera reivindicación de una jornada más corta o un salario más alto. El magisterio social de la Iglesia enuncia como derecho de los trabajadores “un ambiente de trabajo y procesos productivos que no comporten un perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral” (Compendio DSI, 301).

En 2022, en España, murieron más de dos personas al día como consecuencia de siniestralidad laboral. Unos 3.277 accidentes diarios. Y, el siguiente dato asusta igual o más, 22.589 casos de enfermedad asociada a las condiciones del trabajo. “No son números. Son personas. Normalizamos lo que no puede ser normal” se afirma desde la Comisión episcopal para la pastoral social y promoción humana de la CEE (Conferencia Episcopal Española).

Juan Pablo II tenía claro que “la vida humana es una realidad sagrada, que se nos confía para que la custodiemos con sentido de responsabilidad”, y afirmaba que “es cierto que el hombre está destinado y llamado al trabajo; pero, ante todo, el trabajo está en función del hombre, y no el hombre en función del trabajo”.

Uno de los valores que inspiran la Misión y definen la acción social de las Hijas de la Caridad es la Ecología y vida, que implica la defensa de la vida, en todas sus formas, en todo tiempo. También en el trabajo. El Papa Francisco nos llama a situar a la persona (la profesional, la voluntaria, la Hija de la Caridad, la persona acompañada) en el centro de las relaciones laborales: “Si el trabajo es una relación, entonces tiene que incorporar la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado (…). Un trabajo que cuida contribuye a la restauración de la plena dignidad humana”.

El 1ª de mayo no es un mero festivo en nuestro calendario. Disfrutémoslo, por supuesto, pero aprovechémoslo, al mismo tiempo, para tomar conciencia, y crear conciencia.
Contribuyamos, pues, a la dignidad humana procurando un trabajo decente, en todas sus dimensiones, propiciando un buen clima laboral, y cuidando a nuestros equipos. 

Sergio Méndez Martín del Olmo
Director técnico – Trabajador social
OBRA SOCIAL STA. LUISA DE MARILLAC (ALICANTE)