Testimonios de Personas afectadas por la Dana
Testimonio de las personas Acogidas en el Hogar San Eugenio de Valencia, y de profesionales que lo vivieron en primera persona:
Sor Clara, HC: “Lo que sucedió en Valencia en el 29 de octubre del 2024 nos impactó de tal manera que creímos que era super importante dar una respuesta.
Para nosotras acción y contemplación van cogidas de la mano, era muy importante la oración por todas las personas afectadas... Pero no era suficiente. Teníamos que hacer algo.
Rápidamente en toda la sociedad valenciana todas las personas se movilizaron a ayudar.
Hubo una ola de solidaridad tremenda, de la cual nosotras también nos sentimos partícipes; y pensábamos que nuestro punto más fuerte era la posibilidad de acoger y alojar temporalmente a personas que tras esta catástrofe habían quedado sin casa.
Nuestro Fundador, San Vicente de Paúl decía: "no podemos permanecer impasibles ante el dolor, poner el corazón al lado de las personas que sufren es lo que nos mueve…"
Yo creo que Dios lo que ha hecho es seguir dándonos esta esperanza, esta alegría, necesaria también, para que las personas estén aquí como en su casa y que puedan encontrar calor de hogar puedan encontrar confianza, libertad...
Me siento bendecida por Dios, en definitiva, siento que Dios me bendice con esta oportunidad.
Soy Ricardo Torregrosa, el 29 de octubre me encontraba en la AP-7 a la altura de Torrent cuando un tsunami de agua invadió la carretera. Mi primera reacción fue coger los bolsos abandonar el coche y subirme a un camión, a partir de ahí en cuestión de quince minutos el agua ya lo arrastraba todo. Después de poder ponerme a salvo, fue intentar ayudar a las personas que ya pasaban con sus coches flotando. Mi mayor preocupación era mantener a mi mujer y a mis hijos al margen de este sufrimiento; ellos afortunadamente no fueron conscientes de lo que pasaba…porque yo les dije que estaba en un atasco, iba dándoles noticias y enviando audios…
Cuando vives situaciones así, o cuando has sido conocedor o te han contado situaciones tan, tan dramáticas, el valor de la vida cobra una importancia que antes quizás no le dabas. En las personas más vulnerables ahí está Dios, y eso me ha permitido durante estos días sentirme muy cerca de Dios, en este acompañamiento, en este caminar con personas que han sufrido tanto y que son un ejemplo de de esperanza y de resurgir y con la mente ya pensando en cómo puedo salir adelante, después de ver una situación tan y tan… desesperada.
El aprendizaje más importante ha sido el ejemplo de vida de muchas personas que han tenido una capacidad de resistir y una capacidad de mirar al futuro con esperanza. Después de una catástrofe tan grande… que sean capaces de vivir ya con alegría de pensar en el futuro, y de seguir viviendo. Que al final, la vida es el principal bien y el principal don que tenemos.
Soy Julian Peña. El 29 de octubre, en cuestión de minutos, ingresó el agua en la casa. Los primeros minutos estaba en shock. Cuando pudimos tumbar la puerta, el agua ya nos llegaba encima de la cintura.
Pudimos entrar en la casa de la vecina. i desde allí poder subir al edificio por las escaleras. Por fin, la vecina, mi esposa y yo después de salir por la puerta trasera porque por la puerta principal el agua estaba demasiado arriba, pudimos llegar hasta un vecino que nos abrió la puerta y sin conocernos nos dejó pasar a su casa y ahí pasamos la noche.
Esta experiencia me deja muchas cosas buenas y una de esas es que tengo personas a mi lado que me pueden ayudar, y que me puedo sentir acompañado.
Ahora estamos en el hogar de las Hijas de la Caridad la Caridad de San Vicente de Paúl. Cuando llegamos nos sentimos muy bien recibidos, sentimos nuevamente el calor de un hogar. Llegar aquí, al ver a unas hermanas sirviendo con una sonrisa, he visto a Dios a través de esas caras, ahí me he dado cuenta de cómo Dios está más cerca de lo que tú crees…
Sí que hay esperanza. Cuando nos extienden la mano, cuando te ayudan a salir del lodo, cuando te ayudan a ver que hay otras posibilidades, cuando te enseñan que no estás solo, que hay una comunidad que aunque tú no los conoces, están para ti. ro Encuentro esperanza y encuenta Dios a través de esa esperanza.
Soy Carmen Aramburu. Vivía en Catarroja.Yo llegaba a casa después de trabajar cuando de pronto escuché al dueño del piso decirme: Carmen ha entrado el agua. Se me cerró la puerta y en ese momento mi hijo se quedó encerrado dentro con mi nuera. Cuando tratamos de salir, no podíamos y nos quedamos atrapados ya que ese lodo nos llegó hasta el cuello y así nos quedamos hasta el día siguiente. Al momento de abrir la puerta, ya que nos jaló el agua que estaba dentro, me quedé atascada en la puerta por unos cables y a mi hijo se lo llevó el agua con mi nuera.
Después de once horas que no tenía comunicación, mi hijo me llamó y me dijo: "mami estoy bien"; dos Pasados dos días que el señor Vicente de la Cruz Roja hizo todos los trámites para que mi hijo y mi nuera vuelvan a estar conmigo.
Entonces nos trajeron acá a la acogida de la casa de las Hijas de la Caridad. Fue muy emotivo porque ellas nos recibieron con un fuerte abrazo, con muchas cosas de esperanza, en cada momento nos preguntan cómo estamos, recibimos atenciones… Acá en esta casa de acogida que estamos, tenemos todo, entonces yo no puedo pedir más de lo que no me puede faltar. Poco a poco estoy viendo la luz,
Mientras que tú no pierdas la fe y la esperanza en ti, Dios siempre va a estar en ti, Él siempre obra, Él hasta siempre va a estar en nuestros corazones. Yo sé que muchos dicen ¿dónde está Dios cuando pasaron estas cosas? ¿Pues sí está!
Documental grabado en noviembre 2024 tras la dana,
en Catarroja y en el Hogar San Eugenio de las Hijas de la Caridad.