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Sor Elia Alcaraz, Hija de la Caridad

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01 | 03 | 2023

“Todas las Hijas de la Caridad se sienten solidarias de aquellos que, en obediencia y en fe, han dejado familia y patria, y las sostienen con la oración, el sacrificio y el apoyo moral y fraterno y la ayuda eficaz en todos los aspectos. Están abiertas a los problemas específicos de la misión Ad Gentes y comparten sus esperanzas” (E.13,d)

ALMA MISIONERA, como Hija de la Caridad tu comunidad  te pondríamos muchos más adjetivos en consonancia como entrañable hija de la Iglesia y de San Vicente y Santa Luisa, pero el testimonio de nuestro Párroco-que bien nos reconoce como hijas de Parroquia- lo dice bella y justamente lo que fuiste en su “Laudato Sí, a Sor Elia”, que nos ofreció en la Misa Exequial. 

No menos importante- aunque breve y sencillo- fue el testimonio de tus sobrinos, y de tus Hermanas de Comunidad al ver cómo te querían tus numerosos alumnos/as que procesionalmente, emocionados/as y agradecidas cantábamos “con alegría peregrinos vamos a la casa del Señor”.

Sí,Sor Elia te reconocemos sobre todo como alma misionera, un alma inquieta, comprometida con la Misión Ad Gentes. Cuantas fiestas misioneras de fin de curso en tu querido Colegio, tu grupo misionero en la Parroquia, en Monte Toro con toda la Isla, tus becas con exalumnos/as …tu oración y hoy te decimos, que buena Hija de la Caridad, "mística de ojos abiertos”  aquí y allá con los más desfavorecidos.

Querida Sor Elia, tu comunidad y tú vida entera en el Colegio de San José, y tu testimonio en Mahón serán también para gloria de Dios y de los que vivimos contigo, por las obras buenas que el Señor ha realizado a través de tu generoso y sacrificado servicio.

CON CARIÑO, INTERCESE POR NOSOTRAS

COMUNIDAD COLEGIO “SAN JOSÉ”- MAHÓN

 

Homilia del Párroco en su funeral. “Laudato Sí, a Sor Elia”

 

Ha fallecido Sor Elia, si longeva ha sido su vida, 94 años, más lo ha sido su amor. 

Mucho hace ya de ello, era los tiempos de la postguerra, cuando llegó a nuestras tierras menorquinas procedente del seminario de la Compañía y previamente de su tierra original y murciana en donde nació y ella como sus hermanos hija de panaderos. 

Recibió de sus padres y familia una profunda educación cristiana que posteriormente se vio enriquecida y acrecentada por su vocación vicenciana. 

Sor Elia ante todo fue hija de Dios e Hija de la Caridad. Quien la hemos conocido y tratado bien lo sabemos. 

Al escribir estas letras no puedo sino pensar en lo escrito por San Pablo a los corintios “El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”

Este amor se ha hecho realidad en ella, como en tantas Hijas de la Caridad. 

La seguiremos recordando, toda su vida transcurrida entre aulas, patios, comedores y entre pobres. Cuanta delicadeza en la visita domiciliaria a los enfermos.

Sor Elia se sabía esposa del Esposo y para Él ha vivido, íntegra, orante, servicial, delicada en el trato, discreta.

Jovencísima quiso hacer suyo el carisma de S. Vicente y S. Luisa y lo encarnó para beneficio de los otros. Estamos agradecidos a Dios por el don que ha sido su vida para la Iglesia, la Compañía, el Colegio, la Parroquia y Mahón. De ella, los preferidos del Señor, tantos pequeñuelos, han aprendido no sólo los saberes de las letras y los números sino también las virtudes cristianas, pues “lo que hicisteis con uno de estos pequeños conmigo lo hicisteis”. 

Entre sus dedicaciones también, junto con Sor Josefina, el mundo de las labores y las costuras, cuantas hiladas para tejer bellezas solidarias para las misiones. Sí, éstas eran, uno de sus ideales (las misiones), pues sentía admiración y predilección por los misioneros y por ellos trabajaba y se desvivía, de ello muchos hemos sido testigos. Y junto a las misiones la devoción mariana siendo propagadora de la devoción a la Virgen de la Medalla Milagrosa. 

Sor Elia, un día fuiste hecha hija de Dios, otro consagrada, viviste y como hermana, profesora, hermana sirviente, te seguiremos recordando y echaré en falta poder hacerte mis bromas. Gracias por todo lo que nos has dado y por tu testimonio de vida consagrada como Hija de la caridad. 

Ahora emprendes un nuevo viaje, vas ligera y vestida con el traje nupcial, Jesús, el Señor, el amigo, el esposo saldrá a tu encuentro, sabemos que en sus manos pondrás tu lámpara encendida, gózate de estar con Él, gusta del amor por el que viviste y serviste. Y si saliste de entre panes, entra ahora en el banquete del Reino para celebrarlo eternamente. Te lleva de la mano María. Cuando llegues, nos dejes de asomarte y desde el cielo sigue ayudándonos. Gracias, muchas gracias Sor Elia. 

Joan Miquel Sastre Preto. Pbro. 
 

Y VOSOTROS QUIEN DECIS QUE SOY YO?            

Sor EliaHace unos días, vivimos la separación de Sor Elia Alcaraz, toda una vida entregada, intensamente vivida y dedicada a los demás en Mahón. Muchas veces he escuchado “las peripecias” que pasaban en los barcos, como salió de su casa, de su Murcia querida, más concretamente del barrio de “San Antón”, su llegada a Mahón en el año 1951.... Su forma de ver la vida me ha hecho durante estos tres años cuestionar también la mía, yo le decía a menudo: “Sor Elia el Señor me ha traído a esta comunidad para aprender de ti”, ella se reía y me decía: “pobre de mí”, pero no eran mis palabras broma, en absoluto, porque la realidad es que así ha sido... hasta hace unos días. Si tuviera que describir a Sor Elia en pocas palabras diría: Sencilla, cordial, entregada, acogedora, conciliadora, alegre, benevolente, prudente, mucho sentido del humor ... Era una hermana sencilla, nunca necesitaba nada, tenía de sobra (aun teniendo poco), nunca le escuche hablar mal de nadie, siempre disculpaba, en comunidad era una persona conciliadora y creadora de paz, que intentaba que no se diera mucha importancia a lo que verdaderamente no era importante y que en demasiadas ocasiones nos quita la paz. Una hermana siempre dispuesta a ayudar, a prestar servicios a la comunidad, hasta el final, cuando no se daba cuenta que ya no podía hacerlo. Pues sí, Dios me envió a esta comunidad a aprender de Sor Elia, no sé si seré capaz de estar a la altura de las circunstancias, porque he conocido a una gran Hija de la Caridad, y tendré que dar cuenta de este regalo.
 

Después de la celebración del funeral, fueron muchas personas con las que tuve la ocasión de hablar, exalumnas, conocid@s, profesorado... personas que han conocido a Sor Elia y que sin duda se han sentido queridas por ella y la quieren. Y me vino aquella pregunta que Jesús les hizo a los discípulos: “Y vosotros quién decís que soy yo?, si ahora preguntará a estas personas ¿qué dirían? 

Nuestros fundadores  cuando fallecía  una hermana gustaban de compartir las cosas buenas que habían descubierto en ella . Aquí me gustaría compartir de forma sencilla, quién ha sido esta Hija de la Caridad para algunas de estas personas, les pregunté ¿Y tú quién dices que ha sido Sor Elia para ti?, estas son sus respuestas: 

“Mucho tiempo ha pasado desde el primer encuentro con Sor Elia. Ella fue quien de niña me acogió, y me introdujo en este colegio, nunca pensé que estuviera abriendo las puertas de la que ahora es mi casa. Junto a ella aprendí a coser labores, valores, la ayuda a las misiones, descubrí su entrega y tantas cosas que crecen desde el corazón.  Ha sido una suerte poder disfrutar, compartir y vivir todos estos años junto a ella. Sus valores y bondad han guiado mi camino. Contigo para siempre. Gracias, por tanto. “(Neus Ferrá Hernández, exalumna y profesora del colegio)

“Nosotros, los alumnos de 2º de la ESO del Colegio San José, no tuvimos la suerte de coincidir con la etapa docente de Sor Elia ya que cuando entramos en el colegio ella ya se había jubilado, pero sí participaba activamente en las tareas escolares las cuales nos dieron la oportunidad de poder conocerla y compartir muchas cosas con ella. Todos los años, cuando se acercaba la Navidad Sor Elia venía a nuestra clase con una postal, que cada año escribíamos a un misionero animándolo a su tarea solidaria y humanitaria que realizaba felicitándole el nacimiento de Jesús. También la recordamos en el Belén Viviente en el cuadro del Cielo, el cual ella era la responsable y nosotros los angelitos. Nos acompañaba con mucha ternura y dedicación.
Por último, compartimos con ella su fe con la Virgen Milagrosa y cada año nos preparaba las medallas que nosotros llevamos muy orgullosos y contentos el día de la Milagrosa. Sor Elia ha sembrado la semilla vicenciana que todos llevamos en el corazón. Muchas gracias Sor Elia por enseñarnos a amar a Dios tanto como tú lo hacías, por querernos y guiarnos en esta etapa educativa tan importante de nuestra vidas. Te querremos siempre. “Clase 2º de la ESO”.

“Mis recuerdos de Sor Elia se remontan a mi niñez, siempre fue una mujer de bien, daba mucha paz hablar con ella, y aunque la tuve de profesora en aquel entonces en 2ºde EGB, mis recuerdos de sus clases son muy buenos, de una mujer cercana y cariñosa... su “obsesión” era poder ayudar a las misiones y desde aquí hizo un gran trabajo. Ya de mayor... era un amor, siempre con palabras bonitas, aunque ya le fallaba la memoria, razonaba muy bien queriendo y consiguiendo agradar a todo el que estuviera a su lado.” (Gemma Pons Landino, exalumna)

“No puedo recordar cuando la conocí, era tan discreta que entraba sin darte cuenta. Su trabajo entregado siempre fue silencioso, pero dejaba huella. Toda su vida fue un ejemplo a seguir, un ejemplo de bondad, de devoción, de humildad y de fe. Siempre vivió para los demás, para hacer feliz sin pensar nunca en ella. Así la recodaré siempre, Sor Elia, con esa sonrisa cariñosa, esas palabras amables, siempre dispuesta a dedicarnos tiempo y a transmitirnos el amor de Dios. Eternamente agradecida de haber coincidido en su camino y de haber podido compartir momentos de esos que llenan el alma. Para siempre en mi corazón.” (Valentina Ferrà. Jefe de estudios ESO).

“Toda una vida dedicada a los demás. Fue mi profesora de la infancia y tengo de ella un gran recuerdo. Hermana amable, dulce y de dedicación absoluta a los más necesitados. Después de mis estudios tuve el placer de hacer prácticas de magisterio con ella de la mano. Y más orgullo fue para mí, ser la persona que pudo entrar a trabajar en el colegio cubriendo su puesto. Hermana con luz que ha sido parte fundamental de nuestro colegio. Siempre agradecida y dulce. Maestra de mi madre, mis tías, mi madrina, de mi hermana y mía. Gran dulce huella deja en nuestro corazón.” (Montse Barber, exalumna y profesora del colegio).

“Sor Elia, toda bondad. Una Hija de la Caridad entregada a todos, pero especialmente a las misiones, misionera en la distancia y preocupada por obtener lo que fuese para aquellos hermanos que están lejos. Gran profesora y educadora, cercana y cariñosa. Confiada con la Virgen Milagrosa que llevaba dentro del corazón. Para mí Sor Elia ha sido un gran referente en mi vida, primero como profesora, después como compañera de Claustro y finalmente como Hermana. Una mujer que se ha entregado totalmente a los demás”. (Montse Farres, profesora del colegio).
 

“Sor Elia, una persona sencilla, de gran corazón, que nos hacía sentirnos muy a gusto estando con ella, no solamente a nosotras, sino con todos los que la conocían y trataban, transmitiéndonos en todo cuanto decía y hacía, los muchos valores que ella tenía y vivía, y que tanto nos han servido en la vida, como cristianas.” (Pili y Agustina Valles, exalumnas, AIC).

“Enseñar es brindar la luz que alumbrará el camino. Sor Elia con su sonrisa permanente en sus enseñanzas, en su enorme paciencia, me regaló esa luz que me llevó a la que es mi profesión. Con el tiempo fui muy afortunada, he tenido el placer de poder velar por ella como ella tantos años lo había hecho conmigo. Esa luz en sus ojos, su sonrisa y esa paz que infundía hacia tan fácil tratar cualquier situación... Aunque el dolor en mi alma y profunda tristeza ha invadido mi corazón, me consuela recordarte con cariño y enorme gratitud.  ¡Muchas gracias Sor Elia por tanto! (Eva Egea, exalumna y médico)

Al morir nos hemos quedado privados de su presencia física, pero, al vivir en Dios, ha penetrado de forma más real en nuestra existencia. No podemos disfrutar de su mirada, ni escuchar su voz, ni sentir su abrazo. Pero podemos vivir sabiendo que nos ama más que nunca, pues nos ama desde Dios. Su vida es incomparablemente más intensa que la nuestra. Su gozo no tiene fin. Su capacidad de amar no conoce límites ni fronteras. No vive separada de nosotros, sino más dentro que nunca de nuestro ser. “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá “. Un día, todos juntos resucitaremos con Cristo para siempre.

GRACIAS SOR ELIA POR TU VIDA, y como tu decías en menorquín, aunque no entendías: “Hem xalat un desastre” ... Fins sempre.  

Sor Lourdes Domenech y otras tantas que te quieren y quisieron.

 

Mao

 

 

 

L'ALCALDE DE MAó

COMUNIDAD HIJAS DE LA CARIDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL MAHÓN
 

Queridas Hermanas.

Con estas lineas. en nombre de toda la corporación municipal —y en el mio propio—. quiero transmitir a toda su Comunidad la tristeza que sentimos. asi como trasladarles nuestro sentido pésame. por la pérdida de Sor Elia Alcaraz.
 

Puedo afirmar, con conocimiento de causa. que Sor Elia ha sido un ejemplo de entrega a los demás. desde la sencillez. la humildad y la discreción que acompañaban sus convicciones y su forma de actuar.
 

Somos muchos los mahoneses, las mahonesas que hemos compartido momentos de nuestra vida con ella. especialmente en las aulas. compartiendo clases de lengua o aprendiendo de su destreza para las labores. Y. precisamente por ello. no tengo ninguna duda de que la echaremos mucho de menos.
 

En estos momentos de comprensible aflicción. también les quiero hacer llegar todo  mi apoyo y me pongo su disposición para lo que necesiten.
 

Con sincero afecto

Hector Pons Riudavest

Maón 28 de febrero de 2023