Portadoras de Esperanza

ENCUENTRO DE COMUNIDADES DE PRESENCIA SOCIO PASTORAL
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
  • Portadoras de Esperanza
17 | 03 | 2025

Llegada al atardecer del día 31 a Castellnovo, todo ponía tono de color al encuentro: Saludos y abrazos de alegría, sorpresas..., la Casa ambientada con esmero… y ya, antes de la cena, convocadas por Sor María Donat, para la “Motivación del encuentro”, y es que había que prepararse y caldear ya de víspera el nuevo día que iba a ser muy intenso.

Amanecido el día, Alguien, como cada día, nos esperaba. Jesús, nuestro compañero de camino allí donde estemos, nos invita a estar con Él, a dejarnos envolver por su presencia y amistad, a seguir sus huellas en la novedad del nuevo día, a fortalecernos con el Pan de la Palabra y de la Eucaristía, a renovar nuestra mirada como llamadas y enviadas… Y hoy, en concreto, como en otro momento lo hizo con sus discípulos, a compartir nuestra experiencia de evangelización y servicio a los pobres, desde nuestras Comunidades de presencia socio-pastoral. Quizá, al final del día, podemos escuchar como aquellos 72 que volvieron del envío muy contentos: “No sea vuestra alegría que se os someten los espíritus; sea vuestra alegría que vuestros nombres están escritos en el cielo”. Y continúa el evangelio…

“Jesús, con la fuerza del Espíritu Santo exclamó: “Bendito seas, Padre, porque has revelado estas cosas a la gente sencilla…”  (Lc.10,20)

Sea, pues, nuestra alegría profunda nuestra pertenencia al Reino de Dios y así, desde nuestra confianza firme en Él  y desde un estilo de sencillez, humildad y mucho amor entregado y compartido en el actuar, caminar intentando, en cada paso,  hacer un mundo más humano según el Sueño de Dios.

Leer más

 

Comenzamos el trabajo programado. La oración abre paso a nuestra tarea iluminándola y junto al vídeo de Luis Guitarra con su canción “Somos redes”, puso a punto nuestra sensibilidad por el Reino en el servicio de los pobres.

Sí, somos voz… Somos canto de una nueva Humanidad.
Sí, somos luz…  Somos foco que se centra en los demás…
Somos parte de tu vida… somos parte de tu fe… 
Somos sueños de futuro… Somos ganas de ayudar.
Somos redes que reúnen, que se suman, que construyen… somos solidaridad.

UN PANEL DE EXPERIENCIAS 

Daba título a la reflexión del día desde puntos de vista diferentes. Cuatro Hermanas, comunicaron su experiencia:

Una manera de vivir “Levadura en el mundo”.  (Sor M.ª Teresa Clavería  
Comunidad Rosalía Rendu de Pamplona.)

Como “Levadura en la masa” Llamadas a vivir con hondura y compromiso. (Sor Juana Mª Belzunegui - Comunidad Sequen Zaragoza) 

Comunidad “en salida” (Sor Joaquina Alemán Comunidad de Montjuic) 
          
Proyecto Pastoral “en salida” Sor Desamparados Ayuso Comunidad de Castellnovo) Servicio Pastoral en varios pueblos de la Diocesis Segorbe- Castellón.
       

Después de las exposiciones, tomamos un tiempo para: interiorizar lo escuchado y compartir, con las compañeras de al lado, lo que más nos ha impactado, así como los signos y gestos de esperanza que habíamos ido descubriendo…

Por la tarde en el gran grupo, todas las participantes:

Aportamos los signos y los gestos de esperanza y compartimos los desafíos de la Misión. 

Sintiéndonos agraciadas de poder participar en nuevas líneas de Pastoral en la Iglesia como es el Proyecto de las UAPS (Unidades de Atención Pastoral) para que la Comunidad cristiana salga a la misión y se impliquen los laicos en la evangelización más directamente.  Sor María Jesús Arrula de la Comunidad de Berriozar (Navarra) explicó la forma de integrarse las Hermanas de esta pequeña Comunidad de Berriozar en este Proyecto que une a varios pueblos de su entorno, en Navarra. 
Desde esta integración se desarrolla también el Proyecto Pastoral en el que participa.

Las Comunidades: Nazaret de Zaragoza, Andorra de Teruel, Llanera de Ranes, y la Plata de Valencia, comunicaron con sencillez y alegría su experiencia, la de “ser levadura en el día a día, en comunión con la Iglesia local, siendo testimonio y presencia evangelizadora, en cada encuentro, en la visita a domicilio, en la atención a los más pobres, sirviendo y celebrando la vida en la Parroquia.

Y así fuimos descubriendo muchos signos de esperanza en este “hoy de Dios”.
 
A continuación, se abrió un amplio diálogo y compartimos, disfrutando de sentirnos:

Identificadas con nuestra disposición abierta y nuestra forma de vida dinámica en nuestro entorno, a través de una colaboración marcada por la sencillez y la humildad, desde nuestras manos entregadas y nuestro corazón generoso., buscamos manifestar la bondad de Dios entre los desfavorecidos y marginados con una profunda confianza en Dios, ya que es Él quien hace florecer la semilla.
 
Nuestra primera y principal prioridad es abrirnos cada día más al Espíritu en este camino de nuestra vida y en este hoy que el mundo tanto necesita.

Aunque estemos en minoría y, porque estamos en minoría, nos apremia el amor de Dios que nos envía a ser sus testigos y nos abre caminos de evangelio, caminos de bien.  

Nos sentimos fuertemente llamadas a ser presencia testimonial de ese amor entrañable y gratuito de Dios, Él sale siempre al encuentro de toda persona humana y quiere que resplandezca su dignidad.

Desde nuestro “ir y venir”, desde esta actitud abierta, cultivar la cultura del encuentro con gente sencilla, compartir, dialogar desde iguales… Encontrarte con tanta gente que, de una manera o de otra, va dando y compartiendo lo mejor de sí mismo; con tantas personas que necesitan un gesto humano de bondad, una actitud de empatía… que les ayude a intercambiar con ellos aquello que motiva y que ayuda a vivir y, a su vez, es un enriquecimiento mutuo que proporciona alegría.

Con el fin de fundamentar en lo esencial la vivencia de nuestras experiencias y signos de esperanza, se señalan cuatro pasos importantes.  (Sor Joaquina Alemán llevó la dinámica.)

  1. - Nuestra fundamentación es Jesús.  Desde una fe firme y una entrega radical y generosa, llena de amor, Jesús y sus discípulos, elegidos por Él y sostenidos por Dios, se hacen pueblo; participan en la vida de la gente, viven sus alegrías y consuelan sus dolores. Aunque también a veces, afloran las debilidades en la pequeña comunidad de Jesús: discusiones sobre quién sería el primero, negación y miedo…
  2. - Mirando a los Fundadores y a las primeras Hermanas. Puntos fuertes. Escritos de Sta. Luisa. “En medio de tanta pobreza y sufrimiento, no se desanimen; Dios también conoce las miserias que usted no puede socorrer. Lleven con ellos sus penas y hagan lo posible por ayudarles en algo y permanezca en paz”.  Santa Luisa dice a Sor Bárbara Angiboust. (C.410) San Vicente reafirma una y otra vez: “Al servir a los pobres, servís a Jesucristo”. “Para ser verdaderas Hijas de la Caridad, tenéis que hacer lo que el Hijo de Dios hizo en la tierra”.
  3. - El hoy.  Comunidades portadoras de Esperanza. Constituciones. Desde sus orígenes, San Vicente y Santa Luisa, respondiendo a las llamadas de su tiempo, enviaron a las Hijas de la Caridad al encuentro de los Pobres.    “De esta manera podían conservar su movilidad y la disponibilidad necesaria y vivir en medio de aquellos a quienes servían” (C.12) Documento DIA.  La presencia como misión.  Favorecer la creación de pequeñas comunidades en lugares de pobreza. Que su estilo sea modesto, evangélico, solidario, hecho de renuncias, en coherencia con nuestro ser de sierva y el contexto de pobreza que les rodea” (DIA 3, 1) Sor Françoise Petit. “Hacer crecer nuestra fe día tras día. Tratar de llevar, al menos un poco, las cruces de nuestros hermanos: “Este es mi peso y mi dolor” (San Vicente). Caminar sin miedo, María precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y consuelo. Ser signos de esperanza y de paz es lo que el mundo necesita. (Carta 27 11 24)
  4. - Mirando al futuro con Esperanza.  El Año Jubilar de la Esperanza nos muestra una pauta para nuestro caminar. El Logo nos presenta una síntesis de esperanza y futuro. Cuatro figuras estilizadas que indican la humanidad proveniente desde los cuatro rincones de la tierra. Abrazadas entre ellas, indican la solidaridad y la fraternidad que une a los pueblos. La primera figura está aferrada a la cruz. Es el signo, no sólo de la fe que abraza, sino también de la esperanza que nunca puede ser abandonada, porque necesitamos siempre de ella. Sobre todo, en los momentos de mayor necesidad. Las olas en movimiento nos señalan que la peregrinación por la vida no siempre sucede en aguas tranquilas. La unión de las figuras nos da a conocer que la peregrinación no es un hecho individual sino comunitario. La cruz se curva hacia la humanidad saliendo a su encuentro y no dejándola sola, ofreciendo la certeza de la presencia y seguridad de la esperanza. 

Con la alegría de todo lo que hemos interiorizado, reflexionado, orado y compartido en este día, aflora visiblemente un clima de gozo y esperanza; un clima de agradecimiento y confianza… un clima revestido de un amanecer luminoso…

Nos envuelve la gratitud a Dios que “en el aquí y ahora”, a pesar de nuestras fragilidades, quiere contar con nosotras para que llevemos la pequeña luz que ilumine, la semilla que crezca, levadura que fermente la masa… para colaborar, sumar, abrir caminos Pastorales que den a conocer a Jesús y su Evangelio y, sobre todo, ayuden a encontrarse con Dios como el mejor Don de la vida.

Y siempre desde el Agua viva de su Río que hace crecer la semilla; desde su Amor que nos apremia, envuelve y caldea…. Sí, siempre, tras el seguimiento de sus huellas como los primeros discípulos y superando la debilidad desde la Fortaleza del Espíritu.  Y así hoy, la Compañía sigue viva en el “ir y venir” en salida hacia las pobrezas allí donde más afectan. Dando testimonio de Esperanza, de Evangelio, no como exigencia, sino como don recibido, como fruto de vivir enamoradas y llenas de Dios, haciendo el bien como Jesús, porque este es nuestro compromiso que nos unirá a Él mientras aliente nuestra vida. 

Quedamos admiradas de cómo desde estas pequeñas Comunidades se proyecta su presencia en el enclave donde están, multiplicando sus colaboraciones en red, aunado esfuerzos con Parroquias y otras Instituciones y así poder dar mejores respuestas a las personas más vulnerables.

Ratificamos, una vez más, la convicción de nuestro ser Hijas de la Caridad “Totalmente entregadas a Dios, viviendo en fraternidad, para servir a los pobres” y de actuar en nombre de la Compañía sabiendo que: 

“Somos misión porque somos el amor de Dios comunicado” (Papa Francisco).   
Somos llamadas a hacer presente la bondad de Dios. (San Vicente)
Somos enviadas a convertirlo todo en amor. (Prólogo Constituciones) 

Muchas Gracias a quienes con tanto interés han preparado este Encuentro, a las Hermanas de esta Comunidad de Castellnovo que, con tanto cariño nos acogen y cuidan y, gracias a cada una de las participantes que han hecho que este tiempo sea vivo y enriquecedor; levadura que motiva y transforma nuestra propia vida. 

 

 

Castellnovo 31 enero a 2 de febrero 2025
Sor M.ª Teresa Clavería HC