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Misión Conjunta Familia Vicenciana

Zaragoza ha acogido un encuentro de formación Vicenciana, un espacio de formación para los miembros de la Familia Vicenciana en la misión conjunta en la lucha contra la pobreza
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Fechas:
17/01/2020

Los días 10, 11 y 12 de enero se ha llevado a cabo en Zaragoza un encuentro de formación Vicenciana. Un espacio de formación para los miembros de la Familia Vicenciana en la misión conjunta en la lucha contra la pobreza.

Empezamos el viernes por la tarde con unas dinámicas de presentación para conocernos los diferentes participantes. Había representantes de las Hijas de la Caridad, de la Congregación de la Misión, de las Conferencias de san Vicente de Paul, de la AIC de JMV y de la asociación de la Medalla Milagrosa. En esta presentación hubo historias conmovedoras que llegaron al corazón de los asistentes.

COLABORANDODespués de la cena visionamos la película “Dios no está muerto” e hicimos un pequeño debate. Esta película ha servido de punto de partida para los diferentes  módulos realizados el fin de  semana.

El primer módulo lo presentó May Domínguez y en él se profundizó en: “El vicenciano es un Visionario”.

El vicenciano tiene una visión definida de su misión y esta visión se despierta en el corazón, cuanto más nos acercamos al otro más cerca estamos de Dios.

A veces es bueno volver a pasar a por el corazón, es decir recordar, por ello recordamos el carisma de  san Vicente, santa Luisa, Federico Ozanam y santa Catalina y cómo es la Familia Vicenciana hoy. Nos planteamos: ¿Hemos sido capaces de mantener ese Espíritu?

Después del almuerzo, sor Patricia explico los diferentes proyectos sociales que se realizan en Zaragoza  y se visitó la Obra  Social donde José Carlos  explicó lo que allí hacían. Fue un testimonio conmovedor escucharle y como, desde el corazón, agradecía  a las Hijas de la Caridad: “Son mi familia”, aseguró José Carlos.BAILANDO

El sábado por la tarde, con el padre Manuel Botet se trabajó en: “Un vicenciano es un contemplativo, volviendo a las raíces”, se profundizó en las relaciones vicencianas, con las personas en situación de pobreza, con los colaboradores, con Dios y con nosotros mismos. Se reflexionó sobre alguna cita de san Vicente, se buscaron retos y dificultades en la labor con los colaboradores y se interiorizó con un video: “No soy digno de que entres en mi casa", de la hermana Glenda sobre cuando me he sentido cerca o lejos del Señor. Por último se realizó una autoevaluación sobre a qué da cada individuo prioridad en su vida. 

Por la noche hubo una animada fiesta en la que hubo juegos, bailes…

El domingo por la mañana, el padre Michell Olabuenaga dio una interesante charla sobre las virtudes que todo miembro de la familia vicenciana debe tener. Se partió del ser para dar, nuestros orígenes para llegar al ser para compartir, en el que todas las ramas de la familia vicenciana comparten el mismo carisma. VICENCANOSSi compartimos las 5 virtudes: humildad, sencillez, caridad, disponibilidad y discreción, conseguiremos llegar al ser para vivir según el estilo vicenciano.

Después del almuerzo sor Mercedes Toribio presentó el tercer módulo “El vicenciano es un colaborador, redescubrir”, en el que planteó cómo se realiza un proyecto.

Fueron unas jornadas muy enriquecedoras, tanto a nivel personal como a nivel de Familia Vicenciana. Debemos trabajar en conjunto, no como pequeñas islas. Cuando me acerco al otro y salgo de mi mismo estoy más cerca de Dios. ¡Ánimo! Y a seguir aprendiendo en el segundo Taller, que se llevará a cabo en febrero.

Sonia Arana (AMM)