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Mensaje del Papa Francisco a las Hijas de la Caridad

  • Mensaje a las HHC
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20 | 11 | 2021

Finalizando ya casi la Asamblea General, el Papa dirige unas palabras a la Compañía Hijas de la Caridad reunidas en la Casa Madre, de París.

El mensaje es entrañable y muy emotivo para todas las Hermanas (hacer clic sobre la foto):

Texto completo del mensaje del Papa Francisco dirigido a las Hijas de la Caridad reunidas en Asamblea General  el 20 de noviembre de 2021:

Queridísimas Hermanas, ustedes están reunidas en Asamblea, en París, en su Casa Madre, en la rue du Bac, para reflexionar, a la luz del Evangelio, sobre su misión.


El tema que han elegido es valiente, Ephata, y las lleva a considerar la necesidad de «franquear la puerta ...», de no cansarse «de ir hacia...», y «de encontrarse».
Ésta es su característica desde el principio. Una Compañía de mujeres hechas para ir a llevar el amor de Cristo a los pobres.


Esto las ha llevado, en el mundo entero, no solamente a asistir a los pobres en las grandes instituciones, los hospitales, los orfanatos y las escuelas, sino también a visitarlos, a ir…para encontrarse con ellos en los lugares donde ellos viven, para desarrollar con ellos los caminos de crecimiento humano, de promoción de la vida y de cuidado espiritual.


Las invito a mirar la belleza de su vocación. Es bella, ¿verdad? Dios les ha confiado a los pobres, sus preferidos, ¡a ustedes! Ustedes son sus Madres y Hermanas, no sus madrastras... Madres y Hermanas.
Madres porque por su amor, su atención a todas sus necesidades, ustedes los engendran en el Amor de Dios y los reabren a la belleza de la vida.
Hermanas porque los sostienen en su condición y los acompañan a reencontrar su dignidad en tantos caminos de vida que hacen con ellos.
De esta manera, ustedes son cada vez más Hijas de la Caridad, lo que, según el pensamiento de su Fundador, san Vicente de Paúl, significa ser Hijas de Dios, imagen del Amor más grande que el mismo Dios nos ha testimoniado.


Como Hijas de la Caridad, en este tiempo marcado por tantas contradicciones y tantas formas de marginación, ustedes tienen un papel histórico como mujeres que viven una forma particular de consagración, la de acompañar a muchos de nuestros hermanos y hermanas víctimas de violencia y de discriminación , la de hacer crecer a los niños, primeras víctimas de los abusos de los mayores y la de guardar y defender la vida en torno a ustedes, con su sonrisa, su cuidado, su entrega al servicio de los más pequeños


Las invito a trabajar para que estén garantizados todos los derechos fundamentales que aseguran una vida digna, a contribuir al cuidado de nuestra casa común, a transmitir la fe y los valores cristianos a las nuevas generaciones, y a educarlos para que cuiden los unos de los otros. Hay mucho por hacer.


Dios las llama a responder con su generosidad. Dios las llama a encontrarse, a escuchar, a caminar en la historia, a caminar juntas para compartir los acontecimientos de la humanidad.
Ustedes son todavía en la Iglesia y en el mundo una gran fuerza espiritual. Le pido al Señor, por intercesión de María, única Madre de su Compañía, que las guarde en su vocación y dé un impulso a su misión.


¡Que el Señor las bendiga y que la Virgen las guarde! Y por favor, ¡no se olviden de rezar por mí! ¡Gracias!