La Esperanza no defrauda

SPES NON CONFUNDIT
  • spes unica
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26 | 01 | 2025

Así rogaba Luisa de Marillac a Vicente de Paúl para que, junto a su tumba, quedara constancia de su inquebrantable esperanza en la misericordia de Dios. 

Spes Única
Spes Única

 

/…/ “Suplicándole, también, que se ponga inmediatamente, en el mismo lugar, contra el muro, una gran cruz de madera con un crucifijo y un letrero en el que haya esta inscripción: “SPES UNICA” (Testamento de Santa Luisa de Marillac en 1645)

 

La Iglesia nos convoca a un año Jubilar, expresado con sabiduría por el Papa Francisco. La Bula “Spes non confundit”, que pone en nuestras manos es todo un canto a la ternura y misericordia de Dios. En ella, todo está dicho sobre la virtud de la esperanza. “Y la esperanza, como afirma San Pablo, no quedará confundida, pues el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo quien os ha sido dado” (Rom, 1-5)

Es un gozo leer, sin prisas, la convocatoria del Jubileo 2025, donde se anima al Pueblo de Dios a peregrinar. Los caminos de Dios son dinámicos, suelen cansar; tiene subidas y bajadas donde cuerpo y espíritu reclaman descanso. Es preciso preparar bien las mochilas donde no falte  la cantimplora, aquellos alimentos que llamamos energéticos  y  la hoja de ruta que nos va nutriendo el deseo y la certeza de llegar. Al atuendo completo llamamos ESPERANZA y a esta le agrada ir acompañada. Así lo expresaba el poeta creyente Charles Pèguy, 

La Fe es una esposa fiel.
La Caridad es una madre ardiente.
Pero la esperanza es una niña muy pequeña.
La Fe es la que se mantiene firme por los siglos de los siglos.
La Caridad es la que se da por los siglos de los siglos.
Pero mi pequeña esperanza es la que se levanta todas las mañanas.

La Compañía cuenta por siglos el momento de su salida hacia… eso que ahora llamamos Effeta. Nuestros fundadores, creyendo en nuestra capacidad de resiliencia y en la de los pobres, marcaron la HOJA DE RUTA y nos llenaron las mochilas de todo lo necesario para llegar. Y así, “andando se ha hecho un camino” como diría Antonio Machado; ellas, nuestras Hermanas, y las que por ahí andamos, vamos dejando unas huellas porque hemos creído en la pequeña ESPERANZA que como dice el poeta, ”nos levanta cada mañana”.

Sí, estamos en un momento de gracia… es Año Jubilar. La Iglesia nos invita y anima a usar las herramientas que nos propone. Ella, como hacen las madres, espera que peregrinemos bastón en mano. La Compañía como grupo eclesial, nació peregrinando a Chartres el 17 de octubre de 1644; estaba segura de la protección maternal de María para cada una de las Hermanas. Aquella primera peregrinación no ha terminado…Cada una de nosotras, llevamos en la mochila “la pequeña Esperanza”, a ratos llorando y a ratos cantando como dice el salmo 126, 5-6: “Al ir iban llorando llevando las semillas; al volver, vuelven cantando trayendo las gavillas” porque la esperanza no defrauda.

Que María, que hace camino junto a nosotros, haga que la Iglesia salga renovada en este año de Gracia. Como Madre, sostenga nuestra fe vacilante y estimule nuestra Caridad. “Como Stella maris, título expresivo le la esperanza cierta, que en momentos de borrasca viene a ayudarnos, nos sostenga y nos convide a confiar y a continuar” (Papa Francisco en Spes non confundit)

Rosa Mendoza
Hija de la Caridad