Hoy es el día que actuó el Señor: LUZ

04 | 06 | 2024

Es un canto recurrente usado cuando recordamos alguna acción de Dios, fuera de serie, y que ha dejado huella personal o comunitariamente. Dios, que sabe de fragilidades humanas, usa sus mediaciones providentes para que nuestra fe tenga apoyos tangibles, también humanos… Algo así pasó con Tomás cuando necesitaba “ver” para “creer”… y ahí salió la ocurrencia de Jesús: “Ven aquí Tomas, mete tu mano en la llaga de mis costado y…” 

Luisa de Marillac, fundadora con San Vicente de Paúl de la Comunidad de las Hijas de la Cridad, pasó por esas “noches oscuras en la fe” de las que habla nuestro gran místico San Juan de la Cruz. Dudas, capaces de socavar los sólidos fundamentos espirituales y de salud física. Le era necesaria una ayuda extra, una intervención divina, capaz de hacer “borrón y cuenta nueva” Y llegó la LUZ. Así lo escribió Luisa el 4 de Junio de 1623, fiesta de Pentecostés. Transcribimos algunos párrafos de su escrito, conservado en los archivos de la Rue du Bac, 140. París

“El día de Pentecostés oyendo la Santa Misa o haciendo oración en la Iglesia, en un instante, mi espíritu quedó iluminado acerca de mis dudas. Y se me hizo entender que debía permanecer con mi esposo y que llegaría un tiempo en que estaría en condiciones de de hacer voto de pobreza, de castidad y de obediencia, y que estaría en una pequeña comunidad en la qué algunas hacían lo mismo.
Entendí que esto sería en un lugar dedicado a servir al prójimo, /…/ y que había de ser yendo y viniendo. Se me aseguraba, también, que debía permanecer en paz /…/ 
Mi tercera duda fue quitada con la seguridad que sentí en mi espíritu de que era Dios quien me enseñaba todo lo que antecede, y, pues Dio existía, no debía de dudar de lo demás”.


Este relato, aparentemente sencillo y que, en mentes flojas, parecería una ocurrencia de mujer débil y enfermiza, es hoy, a 400 años vista, una realidad constatada. La Institución que, en palabras de San Vicente de Paúl no pudo salir de iniciativa humana, es una realidad tangible a lo largo y ancho del mundo. La Compañía sigue su trayectoria de servicio a los pobres a pesar de  las mareas que, al igual que a la iglesia, tratan de socavar su impulso divino.

Hoy es día de agradecer; hoy sigue siendo el largo día en que actuó el Señor. La Compañía de las Hijas de la Caridad está viva y, por voluntad de Dios, siempre en salida como su Madre la Iglesia. 

 Rosa Mendoza,
 Hija de la caridad