GRACIAS a las Hijas de la Caridad de Lleida

29 | 09 | 2022

Monición de entrada de la Eucaristia de S. Vicente de Paúl y agradecimiento HC – LLEIDA

Celebramos hoy la fiesta de San Vicente de Paúl, él fue un hombre de verdadera esperanza, supo encarnar el amor de Cristo a los pobres. Su vida entregada sin límites, movido por la confianza en el Señor, le hizo salir al encuentro del más desvalido.

Nosotras, Hijas de la Caridad, estamos llamadas a ser reflejo del amor de Jesús por cada ser humano, a ser testigos de esperanza en un mundo desesperanzado.

Pidamos al Señor que, en este día, y por medio de San Vicente, nuestra vida se convierta en “luz para los demás” y sigamos las huellas del SANTO DE LA CARIDAD allí donde el Señor ahora nos envía. Procuraremos, dentro de las limitaciones propias de nuestra edad, seguir sirviendo a aquellas personas más vulnerables que encontremos en nuestro caminar de cada día, tal como nuestro Fundador nos decía, con espíritu de HUMILDAD, SENCILLEZ y CARIDAD.

En esta Eucaristía, presidida por el Obispo, además de celebrar el día de San Vicente de Paúl como cada año, con tristeza y a la vez con gratitud, nosotras nos despedimos de la Comunidad Parroquial en la que hemos estado y nos hemos sentido muy integradas, y de toda la Diócesis de Lérida en la que las Hijas de la Caridad con cariño y dedicación han entregado su vida, en diferentes ámbitos de servicio a los más vulnerables desde hace más de dos siglos (sanidad, obras sociales, educación y pastoral...). Llevamos a Lérida en nuestro corazón, GRACIAS a todos por vuestra presencia y apoyo.

(Sor Remei, Hijas de la Caridad - Comunitat “Terra Ferma” de Lleida)

 

 

AGRADECIMIENTO A LAS HIJAS DE LA CARIDAD DE LÉRIDA

"San Vicente de Paúl, hombre lleno de amor a Dios, hizo promesa de dedicar toda su vida a servir a los pobres como a representantes de Jesucristo. Este amor lo contagió a sus Hermanos los Padre Paúles y a las Hijas de la Caridad. De su carisma vamos participando todas las organizaciones que ayudan con cariño a las personas necesitadas.

Según los datos históricos que me han llegado, las Hijas de la Caridad llegaron a Lleida el 24 de diciembre de 1792. Una de ellas se llamaba Sor María Esperanza Blanc. Esta Hermana, con Sor Manuela Lecina que era de Aragón, se dirigían a Barbastro para fundar el “Colegio de San Vicente de Paúl”.

Al llegar a Lleida las recibió un Misionero Paúl que las presentó al Obispo de Lleida D. Gerónimo María de las Torres, gran protector de los pobres. Enseguida solicitó que algunas de las Hijas de la Caridad comenzaran un servicio a los enfermos en el “Hospital de Santa María”.

Este fue el comienzo de la Historia de las Hijas de la Caridad en esta “Terra Ferma”. Así que, en la víspera de Navidad de 1792 llegaban las cuatro primeras Hermanas para quedarse nada más ni nada menos que 230 años, hasta este momento.

Su servicio ya no se interrumpió, abriendo su corazón compasivo hacia los enfermos: Hospital Santa Maria, Hospital Militar, Perpetuo Socorro, Cruz Roja y atención a estudiantes de enfermería; niños:  la Maternidad y los Hogares Infantiles; ancianos el Hogar San José, visita a domicilio, cooperación con Cáritas en parroquias etc.

Las hermanas se han sentido acogidas por las personas de Lleida i ellas lo saben y agradecen, sabiendo que, por su vocación, son colaboradoras de las instituciones públicas.

Como aprecio a las Hermanas, es un honor dar gracias en su nombre:   al Sr. Obispo Salvador, a Mn. Joan y Josep Anton Jové, a todas las personas que las han acompañado con la ayuda y cariño durante estos años.

Gracias a ellas por su labor callada, pero eficaz, en esta ciudad. Que el Señor y la Virgen Blanca de la Academia, sean su recompensa porque han respondido con fidelidad a lo que Dios les ha pedido en cada momento. Hasta siempre, Hermanas. Gracias."

(Ana Isolina Ruiz, antigua presidenta AMM en Lleida.

Treballa en l'administració del Bisbat de Lleida)

 

 

VIDEO: Palabras de reconocimiento a las Hermanas desde AIC, AMM, Parroquia, Obispado...

 

Carta de despedida a las HIJAS DE LA CARIDAD de Lérida

Nunca creímos que la amistad pudiera traer tanta felicidad y también tristeza al mismo tiempo. Es una pérdida en nuestros sentimientos, como perder algo de nuestra vida. Por otro lado, los recuerdos que tenemos de todos los años pasados en común permanecerán para siempre, no podemos evitar, sin embargo, manifestar una gran tristeza al pensar que no van a estar más aquí, con nosotros para seguir compartiendo esos momentos de voluntariado, atendiendo a los pobres, y en los que hemos compartido nuestra amistad.

Por más lejos que estén, nunca podremos agradecerles suficientemente todo lo que han hecho por nuestra formación como voluntarios vicencianos y nunca, nadie podrá hacernos olvidar la estima hacia ustedes.

Después de tantos años acompañándonos en el voluntariado, nos han ayudado a entender lo que significa la fe, la lealtad y la caridad, por eso, aunque ahora nos lamentamos porque las echaremos de menos y sufriremos con su ausencia, estamos felices de haberlas tenido a nuestro lado tantos años y haber descubierto el lado maravilloso del ser humano.

No sabemos qué camino tendremos que seguir recorriendo sin ustedes. Tenemos la seguridad de que Dios irá con todos nosotros y nos dará su protección y bendición.

Nuestra voluntad es desearles un futurofeliz en su próximodestino, teniendo en cuenta que es la Voluntad del Señor, y por eso nuestro dolor se convierte en gozo y transforma el adiós en un “hasta pronto”

(Voluntariado Vicenciano, AIC – Asociación Internacional de Caridad, Lleida)

----------------------------

VIDEO: Agradecimiento de S. Remei en nombre de la Comunidad Hijas de la Caridad Terra Ferma:

 DEO DE RECUERDO "Despedida Hijas de la Caridad de Lérida" :