Feliz Navidad y Año Nuevo
El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; para los que moraban en tierra de sombra la luz resplandeció sobre ellos. (Isaías, 9,2)
Los Magos se pusieron en camino; no cabía esperar… Y al ver una estrella se llenaron de inmensa alegría. Y la estrella, providencia divina, señaló el Portal. Y allí les esperaba la gran sorpresa: un Niño. La fe rompió moldes y de rodillas le adoraron.
Se marcharon contentos a comunicar lo que habían visto y oído. Esos reales personajes nos siguen invitando a peregrinar hacia el Portal, sin miedo a los herodes y aunque la estrella juegue al escondite.
No dejemos de visitar tantos portales donde el Niño sigue naciendo; encontraremos un espacio donde una Madre sigue siendo Madre y donde un establo tiene las puertas de par en par… es que, a pesar de los inviernos, allí no hace frío.