Noticias

¡Esa oración de cada día!

  • Ephata
19 | 09 | 2020

Hay alguna Proposición en la Síntesis, dirigida a la Asamblea General donde se pide que se revise el “librito de oraciones”. Creemos que algunas cosas se pueden actualizar para darle sentido a lo que rezamos… Perdonad esta expresión; ¡es totalmente desafortunada! El sentido que le damos a la plegaria, no depende del vocabulario o la sintaxis más o menos pulida, el sentido viene de nuestro interior, de nuestra manera de hablar con Dios.

Dicho esto, nos hemos parado ante una de esas oraciones que día a día, año tras año, vamos musitando antes de comer, justo antes de comer…; la iniciamos así:

        ¡Oh Esperanza de Israel!

Señor

¡Por favor, que no se toque ni se retoque!; es la oración de estos tiempos de prueba en los que anhelamos una nueva primavera con nuevos planteles  vocacionales en la Iglesia y ¡claro!, también en la Compañía, porque la mies es mucha y las servidoras escasas. Necesitamos que nuestra familia aumente y celebrar, a coro, la  alegría de ver  cómo crece la ciudad de Dios.

Cabe dirigirnos al Dueño de la Mies, “cada día” para recordarle, si es que se ha olvidado, que esta es su casa, la que generaciones y generaciones hemos ido construyendo con materiales de primera, segunda y algún que otro tocho desgarbado… Pero aquí está “el edificio”, sin brechas en sus muros y siempre con voluntad de crecer a base de piedras escogidas, de programar futuros con desafíos corporativos; y eso, en todos los rincones del planeta.

No, que no se toque ni retoque. Es la oración adecuada para unos tiempos en los que andamos preocupadas por la Pastoral juvenil y por la Pastoral no tan juvenil… porque “las ya llamadas” necesitamos recordar, cada día, la primera invitación que recibimos del Señor, y porque Él sigue siendo “La esperanza de la Compañía y su Salvador en el tiempo de la prueba.