Día Internacional contra el Racismo
Como cada año, el calendario nos ofrece la oportunidad para acordamos de un problema social tan importante como es el racismo. Desde las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl vivimos en estrecha relación con muchas personas migradas que han llegado recientemente a nuestra comunidad.
A través de la Obra Social y de proyectos específicos como Châtillon (acogida de solicitantes de Protección Internacional), se atiende a personas que llegan huyendo de la pobreza, la guerra, violencia, el cambio climático y la falta de oportunidades vitales. Convivimos con ellas, con sus miedos y frustraciones iniciales, pero también con sus progresos y sus esperanzas.
El camino es difícil. Para abrirse paso en esta sociedad hay muchos condicionantes: documentación en vigor, permiso de trabajo, empadronamiento, cuenta bancaria, titulaciones, currículum, y por supuesto el idioma para quienes llegan de países no hispanohablantes. Esto puede ser lo más visible, pero de fondo se vive un desarraigo, una ruptura brusca y radical con su cultura de origen, y un sentimiento de rechazo en muchos ámbitos de la sociedad de acogida. “No se integran”, decimos. Pero no estamos muy interesados en convivir, sino en coexistir. El desconocimiento de otras culturas y de formas diferentes de vida social y comunitaria, produce una brecha entre nosotros y quienes deberían ser acogidos. Esto, sumado a la normalización reciente de los discursos de odio, está en la base de la xenofobia y el racismo actuales que, por desgracia, siguen vigentes en nuestra sociedad.
Por otra parte, tenemos la suerte de contar con más acceso que nunca a la información acerca de cómo es la vida en otras partes del mundo, sobre aspectos positivos de sus culturas, y sobre temas que seguramente tenemos en común con las personas migradas. En lo positivo está la posibilidad de encuentro. Y si damos un paso más, y somos capaces de entablar diálogo, de generar comunidad, estaremos en el camino de los cuatro verbos que nos recuerda el Papa Francisco: Acoger, Proteger, Promover e Integrar. Además, con ocasión de este día 21-M en 2021, el pontífice nos decía: “El racismo es un virus que muta fácilmente y en lugar de desaparecer se esconde, pero siempre está al acecho. Las expresiones de racismo renuevan la vergüenza en nosotros, demostrando que el progreso de la sociedad no está asegurado de una vez por todas".
Esta realidad también se refleja en datos, y es que los delitos de odio por racismo y xenofobia están a la cabeza de las tipologías que recogen las estadísticas oficiales. Es un hecho preocupante, y que nos debe interpelar. A la vez, nos debe animar a no desistir en el empeño de construir una sociedad más fraterna e igualitaria, un horizonte que no podemos perder de vista. Es una tarea de todos, cada día y en todas partes.
"Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme" (Mt 25, 35-36).
Sergio Salas Márquez
(Coordinador de Proyecto Chatillon Zaragoza)