Asamblea: Despertar si tocan a la puerta

“Tengo mi propia versión del optimismo: Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente”. Tagore

Que mal se pasa cuando la puerta se resiste y  más si tenemos prisa por salir. Ya podemos decirle una y mil veces  “¡ábrete!, ¡Effetá! Jesús, cuando quiso curar al sordo-mudo, no empezó increpando a la sordera, que lo podía haber hecho; prefirió el uso de lubricantes para poner suavidad en aquellos oídos que se resistían…

 “Apartándolo de la gente preparó, algo de intimidad, metió los dedos en los oídos y con su saliva le toco la lengua, oró mirando al cielo y pronunció la palabra: ¡effetá!

Todo tiene su momento; no se trata de salir a la desbandada, forzando la llave. Como decía la Santa de Ávila:”la paciencia todo lo alcanza”. Salir, hay que salir, pero antes hay que ver en qué condiciones está la llave con respecto a la cerradura. Como Jesús hay que aprender a alzar la mirada a lo alto, rezar y después… como dice Tagore, “algo nuevo surgirá aunque el presente se vea oscuro”.

A ninguna de nosotras se oculta la realidad de la Provincia: Hermanas mayores y enfermas, escasez de vocaciones y mucho campo que labrar. Estos días estamos dialogando, opinando, añadiendo, quitando y poniendo puntos y comas para que las redacciones sean inteligibles. Pero ya sabemos sobre quien recae la mayor responsabilidad a la hora de tomar decisiones. Nuestra parte de responsabilidad no acaba con la asamblea. No podemos dejar de mirar al cielo para que el Espíritu Santo ponga luz allí donde haga falta. Somos fuerza mayor con la plegaria… y, ¡“a tiempos recios, mujeres confiadas”!

COMISIÓN DE COMUNICACIÓN